- Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 30% y el 50% de los varones que se encuentran en edad fértil tienen un semen de baja calidad
- Hablamos de oligospermia cuando encontramos una baja producción de espermatozoides en varones en edad fértil (concentración de espermatozoides menor a 16 millones/mL)
- Cuando la concentración de espermatozoides es baja, las probabilidades de concebir de modo natural descienden considerablemente
La calidad espermática de los varones se ha reducido a la mitad en los últimos 50 años, una situación preocupante en relación a la fertilidad masculina1. Una de las causas de la infertilidad del varón es la escasa concentración de espermatozoides en el eyaculado. A esta alteración espermática se le conoce como oligospermia, también conocida como oligozoospermia, que puede dificultar notablemente la consecución del embarazo, ya que cuando la concentración de espermatozoides es baja, las probabilidades de concebir de modo natural descienden notablemente2.
En este contexto, los avances de la medicina reproductiva y las técnicas de reproducción asistida pueden ampliar las posibilidades para aquellos varones con una baja calidad espermática que sueñan con tener hijos. Una de las principales pruebas para evaluar la fertilidad en el hombre es el seminograma, con el que se analiza la concentración y movilidad de los espermatozoides. De este modo, se puede diagnosticar si hay baja calidad espermática y decidir los tratamientos y técnicas de fertilidad más eficaces para conseguir el embarazo.2
Tratamientos de reproducción asistida cuando la calidad espermática es baja
De todas las técnicas y tratamientos que ofrece la medicina reproductiva, Mercedes González Martínez, embrióloga del Laboratorio Ginemed Sevilla, asegura que “se suele recomendar la Fecundación In Vitro (FIV) en la mayoría de los casos. A diferencia de la Inseminación Artificial (IA), en la FIV sólo necesitamos los espermatozoides suficientes para fecundar los óvulos obtenidos de los ovarios de la mujer.”
Existen diferentes casos de baja calidad espermática que requieren de distintos abordajes. Como explica la experta de Ginemed, “existen diferentes anomalías por concentraciones escasas de espermatozoides. Hablamos de criptozoospermia cuando no se observan espermatozoides al evaluar una muestra de semen, pero sí se encuentran en el sedimento de la misma muestra tras ser centrifugada. La oligospermia, por su parte, hace referencia a las muestras con menos de 16 millones por ml de eyaculado. Por último, a la ausencia total de espermatozoides se conoce como azoospermia”.
El embarazo natural con oligospermia es más difícil que en los casos con recuento espermático normal. “Decimos que la concepción natural es más difícil, pero no imposible, ya que mientras haya espermatozoides móviles, el embarazo es posible”, señala la embrióloga de Ginemed.
La azoospermia, según su causa, puede ser obstructiva o secretora. En la azoospermia obstructiva los espermatozoides producidos en el testículo no llegan al eyaculado. Sin embargo, en la azoospermia secretora, los testículos no producen o producen muy pocos espermatozoides.
En algunos casos de azoospermia, es posible obtener espermatozoides mediante una biopsia testicular para posteriormente ser utilizados en una FIV-ICSI (Fecundación In Vitro con microinyección intracitoplasmática). Si no se encuentran espermatozoides en biopsia, sería necesario recurrir a un donante de esperma para realizar el tratamiento de reproducción asistida.
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