En la vagina cohabitan un conjunto de microorganismos, conocido como microbiota. Estos microorganismos son fundamentales para el adecuado equilibrio de la homeostasis de nuestro organismo, además de protegernos de la invasión de otros microorganismos patógenos. La bacteria predominante en la microbiota es el Lactobacillus, que es el responsable de que la acidez vaginal sea normal (con pH menor a 4.5), actuando como barrera natural de defensa.
Infección vaginal por bacterias
La flora vaginal no es constante, sufre modificaciones a lo largo de la vida, principalmente debido a cambios hormonales. La flora de una mujer en edad fértil es diferente a la de una mujer durante la menopausia. La microbiota vaginal incluso puede variar a lo largo de un ciclo menstrual por la misma razón.
Causas de la vaginosis bacteriana
La Gardnerella Vaginalis es la bacteria responsable de la vaginosis bacteriana. Es un bacilo pleiomórfico que mide de 0.5 a 3 micras, lo que significa que tiene la capacidad de modificar su tamaño y forma según las condiciones ambientales.
Cuando existen diferentes situaciones que alteran el equilibrio vaginal, la Gardnerella Vaginalis puede crecer y producir la infección. En la mayoría de las ocasiones, la mujer con vaginosis está asintomática. En los casos que produce síntomas, los más frecuentes son secreción vaginal abundante con olor, prurito genital y/o irritación en el área genital.
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Infección vaginal por bacterias y fertilidad
No existe una clara evidencia de que la vaginosis como tal afecte a la fertilidad. Sí se ha objetivado que las mujeres con infecciones vaginales de repetición tienen un riesgo superior de presentar infecciones en el endometrio y trompas de Falopio. Esto se debería a una progresión ascendente de las bacterias desde la vagina, sobre todo si conllevan coinfecciones con otro tipo de bacterias de transmisión sexual (como C trachomatis, N gonorrhoeae, Trichomonas vaginalis, herpes, HPV o VIH).
La vaginosis bacteriana se ha relacionado, sobre todo, con infertilidad de origen tubárico. Sin embargo, analizando resultados en un estudio de FIV, no se objetivaron finalmente diferencias en la tasa de embarazo. Por otro lado, sí se ha relacionado el bajo porcentaje de lactobacillus con el posible fallo de implantación. En este sentido, pacientes con alteraciones en el microbioma podrían tener peores resultados en los tratamientos de reproducción asistida.
Además, la infección vaginal por Gardnerella Vaginalis en determinadas ocasiones puede causar endometritis, obstrucción de las trompas de Falopio y enfermedad pélvica inflamatoria (EPI), con la consecuente infertilidad asociada.
Recientes estudios están demostrando que el microbioma genital podría tener, además, relación con la adecuada evolución de la gestación. Normalizar un patrón alterado en la microbiota de la vagina sería de relativa importancia para mejorar el pronóstico reproductivo.
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muy buen articulo me maravilló solo agregaria que las mujeres en sus años reproductivos son más propensas a contraer vaginosis bacteriana…vos esta cierta en todo los demas…. felicidades
Raul Toriani Galaz
Muchas gracias Raul por tu comentario. ¡Buen día!