- Entre el 15% y el 20% de las parejas españolas tiene problemas de fertilidad1
- Inestabilidad emocional, vergüenza, ansiedad y tristeza son algunos de los efectos más frecuentes tras recibir un diagnóstico de infertilidad
- Es importante estar informados de las posibilidades y pasos a seguir en la búsqueda de embarazo mediante reproducción asistida, teniendo en cuenta las expectativas en la toma de decisiones
- Las mujeres tienden a hablar más de lo sucedido, mientras que los hombres lo viven más internamente, sin necesidad de verbalizar los problemas de fertilidad
La búsqueda de un embarazo es un momento muy emocionante en la vida de aquellas personas que deciden lanzarse a la aventura de tener un bebé. Sin embargo, en ocasiones, este proceso puede resultar más complicado de lo previsto, llegando a requerir de un tratamiento de fertilidad. De hecho, aunque la infertilidad es todavía un tema tabú, se trata de un problema muy frecuente que, según datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), afecta a entre el 15% y el 20% de las parejas en España1. Además, cabe mencionar que las posibles causas de la infertilidad son múltiples, y que afecta por igual a hombres y mujeres.1
En este sentido, es importante recordar que los problemas para concebir de forma natural pueden afectar a la salud mental y al bienestar de las personas que atraviesan este proceso, quienes suelen experimentar sentimientos de vergüenza, ansiedad, tristeza, inestabilidad emocional y baja autoestima. Además, durante el proceso de búsqueda de embarazo pueden surgir problemas sexuales como disfunciones o pérdida de la lívido, entre otros.
David González Gerpe, psicólogo de las clínicas de reproducción asistida Ginemed, afirma que “tras recibir un diagnóstico de infertilidad, el primer paso es superar el shock, hacer el duelo ante esa pérdida de fertilidad. Ante todo, es importante estar informados de las posibilidades y pasos a seguir, conociendo las expectativas sobre el proceso para ser padres mediante técnicas de fertilidad antes de tomar decisiones. En definitiva, se trata de un proceso de aceptación del problema, por un lado, y de información y toma de decisiones por el otro”.
En este contexto, el apoyo emocional de la pareja y de los seres queridos resulta esencial para superar los desafíos personales vinculados a la aceptación del diagnóstico y al proceso de tratamiento de reproducción asistida. “Cuando una pareja tiene un deseo tan grande de ser padres y recibe ese tipo de noticias, sólo tiene dos opciones: conformarse o buscar soluciones. En nuestro caso, el diagnóstico confirmó que la infertilidad era por factor masculino, por lo que confiábamos plenamente en que si hacíamos un tratamiento de fertilidad teníamos muchas posibilidades de que saliese bien. Dicho esto, siempre entendimos que ser padres es cosa de dos, y que, por lo tanto, el problema también sería de los dos. Creo que es la mejor manera de apoyar a la pareja, tomar la situación de infertilidad como un problema común”, cuenta Merche, paciente de Ginemed.
Las mujeres tienden a hablar lo sucedido, mientras que los hombres lo viven más internamente
Si bien es cierto que cada persona afronta la situación de manera individual, atendiendo a su personalidad y recursos, “las mujeres tienden a comunicarse más y a poner el foco en lo sucedido, mientras que los hombres lo viven más internamente, sin necesidad de verbalizar los problemas de fertilidad”, comenta David González Gerpe.
A este respecto, el acompañamiento psicológico con profesionales especializados, capaces de orientar y ofrecer un espacio de intercambio y comunicación a la persona o pareja que atraviesa esta situación, es una herramienta muy útil para manejar los momentos difíciles y la incertidumbre que supone un tratamiento de infertilidad. “En nuestro caso, ser positivos fue clave. Confiar plenamente en el proceso, confiar en que estás haciendo todo lo posible para que salga bien y, sobre todo, hablar, no tener el tema como tabú. Sobre todo, confiar plenamente en que es posible. En mi cabeza no existía una posibilidad de un «No lo vais a conseguir»”, afirma Merche, quien, junto con su pareja, ya es madre de un niño.
En definitiva, tomar la decisión de someterse a un tratamiento de fertilidad supone una enorme carga emocional, pues se trata de un proceso que conlleva largos tiempos de espera, pruebas médicas y tratamientos hormonales. En este contexto, contar con una red de apoyo se erige como un elemento clave para mantener la ilusión y la positividad, ayudando a que la/el paciente no abandone el proceso ante las adversidades y disfrute del camino hacia la consecución del embarazo.
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