La salud y el bienestar emocional ocupan los primeros puestos en la lista de prioridades de una persona. En base a ello, la prevención y la promoción de la salud se han convertido en un tema que va más allá de las consultas médicas. La aparición de los nuevos modelos de comunicación y de nuevos canales (Redes Sociales, blogs, foros…) hace posible que prácticamente cualquier persona pueda hoy convertirse en editor de su propio medio de comunicación, haciendo que la divulgación de la prevención de enfermedades se convierta en una cuestión social.
De esta manera, surgen iniciativas espontáneas de colectivos y asociaciones de pacientes que advierten sobre los efectos nocivos del tabaco, del sedentarismo, del uso abusivo de medicación… y promueven estilos de vida saludables como principal medida de prevención.
Como ginecólogo, quisiera aprovechar un canal moderno y accesible como es el Blog de Ginemed para hablarles de prevención en la salud de la mujer.
Definiría la prevención como un compromiso de hoy, con la salud de mañana. Y en este sentido, el papel del ginecólogo va mucho más allá de prescribir un anticonceptivo o controlar el embarazo. Debe ser fuente de información, despejar dudas y fundamentalmente trabajar en uno de los pilares más importantes de la salud: la prevención de enfermedades.
Prevención de Cáncer de Cuello de útero.
En España, el cáncer de cuello uterino es el segundo tumor más incidente en mujeres menores de 35 años. En ello, la prevención, juega un papel esencial.
El ginecólogo dispone de varios métodos de screening que toda mujer debe realizarse. La citología es una técnica sencilla, rápida e indolora, que nos permite detectar la presencia de posibles células cancerosas o incluso con alteraciones precancerosas, lo cual es una ventaja, pues aún no son malas.
Se ha demostrado que para producirse cáncer de cuello de útero, ha de existir la presencia de un virus denominado Virus del Papiloma Humano (HPV). La infección de dicho virus, se contrae sobre todo en la juventud, periodo en el que se comienzan las relaciones sexuales.
Y aunque nuestro cuerpo es capaz de luchar contra el virus, eliminándose de forma espontánea, en algunas personas esto no ocurre y se producen infecciones persistentes que acaban desembocando en lesiones pre-cancerosas. Si la lesión persiste y no se ponen los medios y tratamiento adecuados, se llega a la aparición del tumor maligno.
Gracias a las investigaciones llevadas a cabo en este sentido, actualmente contamos con una gran ventaja con respecto a tiempos anteriores, y es la existencia de una vacuna que evita el contagio con el virus.
Sabiendo que este virus puede desembocar en cáncer de cuello de útero, estamos hablando de un importante avance: la posibilidad de evitarlo.
Por ello, es tan importante que los ginecólogos desde nuestras consultas recomendemos la vacunación de todas las niñas antes del inicio de las relaciones sexuales y de este modo estaremos previniendo la infección.
Pero, ¿significa eso que solo las niñas pueden vacunarse? Rotundamente no, cualquier mujer de cualquier edad podría ser susceptible del contagio de este virus, por tanto cualquier mujer debería iniciar su administración.
Por tanto, los ginecólogos tenemos la responsabilidad social de recomendar la vacuna del HPV a toda mujer con vida sexual activa.
Citología.
¿Cada cuánto tiempo?Deben realizarse con periodicidad anual, siempre y cuando su ginecólogo no le indique otra cosa.
¿A partir de qué edad?Las citologías deben realizarse desde el comienzo de las relaciones sexuales, que cada vez va siendo mas temprano en nuestra sociedad y deben estar incluídas dentro del examen de salud rutinario de cualquier mujer.
Prevención de Cáncer de mama
Se trata del cáncer con mayor incidencia en mujeres occidentales. Cada año se diagnostican en nuestro país hasta 22.000 nuevos casos de cáncer de mama.
La estrategia preventiva es fundamental en este tipo de cáncer, por ello, recomendamos que el paciente acuda a su médico ante la aparición de cualquier síntoma, pero aún en ausencia de síntomas, es importante que las mujeres pasen sus correspondientes revisiones.
Si todo va bien, nosotros recomendamos una primera visita de exploración mamaria sobre los 35 años, donde valoramos si existe algún tipo de riesgo personal, o años antes, si la paciente tiene antecedentes familiares de esta patología.
Y es ahí donde su ginecólogo va a jugar un papel fundamental mediante exploración mamaria durante las revisiones rutinarias, a fin de descartar posibles patologías; así como instruir a las mujeres sobre la conveniencia de la autoexploración mamaria. Posteriormente, le indicara la prueba más adecuada en cada caso, ya sea mamografía, ecografía mamaria o resonancia.
Mamografía
¿Cada cuánto tiempo? En mujeres sin factores de riesgo especial, establecemos un screening mamográfico sistemático y anual.
¿A partir de qué edad? Será su ginecólogo quien mejor le oriente en este sentido pero sin factores de riesgo, la primera mamografía suele ser a los 35 años. Si todo está bien, se retoman las mamografías de modo anual a los 40 años.
Prevención de la Infertilidad
Igualmente, y no menos importante, es deber de nosotros los ginecólogos educar sobre la prevención de la infertilidad.
¿Sabían que en la mayoría de los casos, la infertilidad podría prevenirse?
En la infertilidad existen factores clínicos que determinan la capacidad de tener hijos de manera natural, sin embargo existen factores externos como el consumo de tabaco y alcohol, el sedentarismo, la obesidad o la sobreexposición a pesticidas que afectan gravemente a la capacidad natural de tener hijos.
A continuación te ofrecemos algunos consejos para prevenir la infertilidad:
1. Hazte Revisiones. Realizar un control ginecológico anual desde la adolescencia es fundamental y debe estar incluido dentro de cualquier examen de salud rutinario de la mujer. El objetivo es detectar y tratar determinadas afecciones ginecológicas que pueden afectar al ámbito reproductivo. Además permite diagnosticar procesos con antelación y prevenir situaciones que a largo plazo puede ser más complejas y difíciles de tratar.
2. Asegúrate de estar vacunada contra la Rubeola. Debemos aconsejar la vacunación frente a la rubéola en mujeres mayores de 15 años si no se recibió la profilaxis en la infancia. De no ser así, la infección por dicho virus durante el embarazo es causa de abortos y graves malformaciones fetales.
3. Controla tu peso. Está demostrado que las mujeres con un índice de masa corporal mayor a 25 presentan mayor dificultad para lograr el embarazo, debido a la mayor proporción de fallos ovulatorios.
Sabemos que en mujeres con síndrome de ovario poliquístico la reducción de un 10 % del peso corporal devuelve la ovulación de forma espontánea. Reducir o controlar los efectos de trastornos hormonales crónicos como la diabetes, enfermedades tiroideas o disfunciones suprarrenales; son también medidas preventivas de la infertilidad.
4. Evita el alcohol y el tabaco. Evitar tóxicos como drogas, consumo excesivo de alcohol y el tabaco, las cuales provocan graves consecuencias en la fertilidad, ya que comprometen al ovario, causando fallo ovárico precoz y abortos.
5. Cuida tu alimentación. Comer sano llevando una dieta equilibrada (alto consumo de frutas, verduras y cereales; ricos en hierro y acido fólico) es muy recomendable, así como realizar actividad física de forma regular.
6. Obsérvate. Debemos realizar consultas médicas frente a diversos signos de alerta. Si la mujer sufre de un dolor menstrual importante debe consultar al ginecólogo ya que puede ser un síntoma de determinados procesos que provocan trastornos en la fertilidad.
7. Protégete frente a las ETS. Igual de importante es prevenir las infecciones de transmisión sexual, así como realizar un tratamiento correcto y precoz en caso de haberse producido. Usar anticonceptivos de barrera como el preservativo y evitar la promiscuidad sexual son estrategias de prevención muy eficaces. Está demostrado que algunas de estas enfermedades provocan complicaciones a nivel reproductivo, produciendo obstrucciones en las trompas de Falopio y alteraciones endometriales.
Más puntual, pero igualmente eficaz para revertir problemas de concepción es la atención psicológica a las parejas con problemas de fertilidad. Aunque el impacto psicológico de la infertilidad es difícil de cuantificar, se sabe que influye negativamente en las posibilidades de concebir de la pareja.
8. El tiempo vuela. La edad más fértil en las mujeres va de los 20 a los 30 años. Luego baja levemente hacia los 35 años y a partir de allí se evidencia un descenso de la reproducción, no sólo por tener menor calidad en sus óvulos y mayor riesgo de aborto, sino también por otros factores de riesgo que se incrementan. Es sabido que la fertilidad disminuye de forma exponencial a partir de los 35 años alcanzando una caída muy importante a los 40.
La incorporación de la mujer a la vida social, académica, institucional y laboral, así como la ocupación de puestos de responsabilidad en empresas, ha sido decisiva para el incremento de la edad media de la maternidad en nuestro país. Finalizar los estudios, conseguir un trabajo y tener una pareja estable suelen ser hoy día condiciones indispensables para plantearse la maternidad.
Un estudio de la Universidad Autonómica de Barcelona destaca que las mujeres muestran prioridad por tener una estabilidad laboral antes de ser madres. Por ello la edad para tener el primer hijo se alarga, aumentando los problemas de esterilidad.
Expertos internacionales han alertado sobre la posibilidad de un aumento de la esterilidad en los próximos años, motivada por este retraso actual de la maternidad. De hecho, se ha estimado que la probabilidad de que una mujer de 35 años se quede embarazada es aproximadamente la mitad que una mujer de 20 años. En una mujer de 40 años, la probabilidad se reduce al 10%.
Por supuesto que es necesario desarrollar una carrera profesional y personal plena, pero debemos tener en mente estos aspectos. Ser madre a los 38 años es más difícil y tiene más riesgos que a los 30.
En la actualidad, el 24% de las parejas presentan algún problema a nivel reproductivo, y una de cada 3 mujeres tiene mala calidad ovárica, lo que dificulta la concepción. Alrededor de unas 800.000 parejas en España tienen problemas de fertilidad, debido fundamentalmente a este retraso en la edad de la maternidad. Esto ha desencadenado un crecimiento muy importante en la Ovodonación, que se ha multiplicado por 5 en los últimos 10 años, debido a este “agotamiento” de la fertilidad de las mujeres que quieren tener hijos a edades más avanzadas.
Citando al Dr. Isidoro Bruma del grupo de trabajo de la Sociedad Española de Fertilidad, en el último Congreso Nacional de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia: “el acceso tardío de la mujer a su primera maternidad supone sin duda el principal problema de salud reproductiva del siglo XXI".
Debido a esta reducción de la fertilidad, el tamaño medio de las familias así como en número de hijos por mujer, se está reduciendo. En el año 1995 España fue considerado el país con el índice de fecundidad más bajo a nivel mundial, junto con San Marino. En el año 2012 España fue el país con menos hijos por mujer del mundo, situando la edad media del inicio de la maternidad en 31,8 años.
La primera gran revolución de la mujer fue la aparición de los anticonceptivos y la normalización en su uso. Esto supuso un gran avance para su independencia, pero ha sido en parte responsable del retraso de la maternidad. Ahora estamos ante la segunda revolución de la mujer que es la vitrificación o congelación de los óvulos en edades tempranas, suponiendo un método fiable para la maternidad futura.
Gracias a este sistema de criopreservación, las mujeres pueden elegir el momento de la maternidad, obteniendo así la libertad para realizarse a nivel laboral, personal y social, sin que el tiempo suponga un deterioro en sus capacidades reproductivas.
Como bien dice el Dr. Pascual Sánchez “la vitrificación de los gametos mantiene unos índices muy altos de fertilidad, a edades donde la fertilidad es baja”. Así la vitrificación de óvulos permite detener el reloj biológico. Quizá la cuestión sería ¿deberíamos dejar nuestra carrera profesional o personal para dedicarnos a la maternidad? Probablemente no, la clave sería buscar el equilibrio perfecto entre ambos, he aquí la controversia.
Me ha encantado eso de «Definiría la prevención como un compromiso de hoy, con la salud de mañana». La sensación que tenemos muchos es que el hoy es el siempre. No nos damos cuenta de que los años pasan, y que seguirán pasando, y lógicamente nuestro cuerpo no es, ni será el mismo. Hay que tomar conciencia sobre nuestro cuerpo en el futuro. Hay que cuidarse ahora que estamos a tiempo.
Una pregunta: y si no recuerdo si estoy vacunada o no de la Rubeola, me tengo que vacunar ahora por si acaso?
Buenas tardes María del Mar.
En caso de no saber si estás protegida frente a la rubeola, deberías realizarte una serología en sangre para confirmarlo.
Gracias doctor.