_Cada tratamiento debe ser personalizado e individualizado, por lo que recomendamos acudir a tu especialista para que pueda valorar tu caso en particular.
Las bolas chinas son dispositivos intravaginales creados para el fortalecimiento del suelo pélvico femenino. Pueden encontrarse de manera individual, o en pareja, con diferentes pesos y tamaños. Su función es estimular las paredes vaginales mediante la vibración de la bolita que se encuentra en su interior, por lo que siempre debemos usarlas mientras estamos de pie y en movimiento.
¿Cuándo se utilizan?
Pueden utilizarse en cualquier mujer sana para tener una mayor percepción de la musculatura y estructuras del suelo pélvico, así como mejorar su capacidad de sostén visceral y aumentar su tonificación.
Se recomiendan de manera preventiva ante la planificación de un embarazo, tras el parto, a la llegada de la menopausia, para mujeres que cantan o instrumentistas de viento, deportistas, profesionales que soportan o cargan peso, e incluso como preparación ante una operación quirúrgica.
Aunque suelen emplearse ante patologías tales como la incontinencia urinaria o el descenso de órganos (prolapso), sus indicaciones en estos casos son controvertidas, y deben acompañarse siempre de una valoración previa y tratamiento de fisioterapia paralelamente.
En consulta se comprobará la capacidad de estos músculos para soportar y mantener las bolas chinas, estando de pie. Es bastante frustrante para una mujer que ha dado a luz hace relativamente poco tiempo, o que tiene pérdidas de orina, utilizar las bolas chinas como primera opción para el fortalecimiento, y no sentirse capaz de retenerlas en el interior de la vagina. Esto puede producirse por varios factores, el más frecuente un debilitamiento del los músculos perineales, que deben ser valorados previamente.
¿En qué casos están contraindicadas?
- Está desaconsejado en mujeres con una hipertonía de la musculatura, donde la introducción de dichas bolas sea imposible o produzca
- En caso de infección.
- En las semanas posteriores al parto o a una operación quirúrgica (es importante respetar los plazos indicados por el profesional sanitario).
- Durante el embarazo.
- Si existiese un debilitamiento de la musculatura del suelo pélvico (hipotonía), una apertura vaginal más importante, pérdidas de orina ante los esfuerzos o un descenso de órganos (prolapso).
En todos estos casos lo más recomendable es acudir a tu especialista para que pueda valorar tu caso en particular, y establecer un tratamiento y pautas de ejercicios adaptados a tus antecedentes, necesidades, y actos cotidianos.
Cada mujer es única, y cada problema de suelo pélvico diferente, con un origen y circunstancias distintas. Lo mejor es poder diagnosticarlo y tratarlo de manera individualizada.
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