El cáncer de mama es actualmente el tumor más frecuente entre las mujeres, aunque con menor incidencia también se da en varones.
La conciencia femenina, las campañas de información y prevención y el perfeccionamiento de las técnicas de diagnóstico permiten actualmente detectar un tumor mamario en estados tan precoces, que las terapias necesarias para curar un cáncer de mama han disminuido en agresividad, incrementando sensiblemente el porcentaje de curación -totalmente o mejorando notablemente la calidad-.
Sin embargo, aún queda camino por recorrer. La noticia de estar afectadas por un tumor cae como una ducha de agua helada, y, tras ello, las pacientes están dispuestas a padecer lo que se les indique para poder sobrevivir.
En ese momento, no nos importan las consecuencias estéticas de una intervención en el pecho. El uso común impone estar agradecidas, independientemente del resultado de imagen corporal, porque se ha eliminado físicamente la enfermedad lo antes posible.
Sin embargo, este tipo de razonamiento ya no puede ser aceptado, ni por la comunidad científica, ni por las pacientes, porque el resultado estético -respetando los márgenes de radicalidad oncológica impuestos por la correcta práctica de la medicina- tiene mucha más importancia de la que el “uso común” ha impuesto hasta ahora.
El cáncer de mama se cura de la misma manera mutilando a la paciente, que preocupándose por obtener un resultado estético satisfactorio. Es más, la presencia de cicatrices duras y adheridas a la piel y al músculo causa infinitos problemas posturológicos (documentados por largos estudios clínicos realizados en los mejores centros senológicos internacionales), con consecuencias definitivas, además del impacto psicológico que impide a la paciente poder olvidar, que un día sufrió un cáncer de mama.
Dejando a un lado las opiniones personales y humanísticas, basta con documentarse consultando los publicaciones científicas y congresos de relevancia internacional para comprender que la ciencia senológica actual impone que el cirujano que se ocupa de cáncer de mama conozca las técnicas de cirugía plástica aplicadas a las intervenciones por tumor de mama.
La vieja costumbre de estropear el pecho, y derivar sucesivamente a la paciente a una consulta de cirugía plástica para poder arreglar el aspecto del resultado, tiene los días contados.
El concepto de Cirugía Oncoplástica se traduce exactamente en esto: operar el cáncer de mama obteniendo curación y estética. Los criterios de buena calidad oncológica no pasan por mutilar sino por eliminar el tumor con los debidos límites de seguridad oncológica a la vez que el cirujano debe recomponer la lesión dejada en el pecho de la mujer para que no tenga consecuencias estéticas.
Gracias a una nueva generación de cirujanos oncoplasticos que saben hacerlo uniendo seguridad oncológica y preservación de la estética, la cirugía oncoplástica en el cáncer de mama es ya es el presente y será el futuro, mientras que lo anterior será, por el bienestar de la paciente, pasado.
Ahora que ya lo sabemos, está en nuestras manos reclamar esta nueva cirugía en el tratamiento del cáncer de mama. El camino es largo, pero no hay vuelta atrás. Los cirujanos que traten con el cáncer de mama deben estar preparados para este reto, donde siempre podemos aprender y mejorar técnicas para que las mujeres tengan mejores resultados sin arriesgar en seguridad.
Las mujeres de hoy sabemos que tenemos la obligación y el derecho de recibir revisiones periódicas, en un centro especializado, con buenos profesionales y tecnologías a la vanguardia, para limitar así los daños que puede causar un diagnóstico tardío de un cáncer de mama.
este artigo me esclareceu muito sobre esse assunto