En los últimos 30 años muchas cosas han cambiado en la sociedad en general y en las consultas de Sexología en particular. En términos generales el cambio más importante ha sido la incorporación de la mujer a las “quejas sobre su sexualidad”.
Hace años nuestra consulta se basaba en varones con casos severos de alteraciones en la erección y en menor medida, casos de eyaculación precoz entre hombre. En menor medida veíamos algunos casos de vaginismo o de falta de deseo sexual en la mujer.
Lógicamente el resto de problemas, que existir existían, eran poco conocidos por la población general y, sobre todo, poco manifestados. Las personas vivían sus problemas sin apoyo alguno y en la ignorancia de que aquello que les pasaba tenía solución.
Con el tiempo, la sociedad y sobre todo la incorporación a nuestras vidas de Internet y todos los recursos e información que ésta nos ha traído, han ido modificando la conducta, también la conducta sexual de la mayoría de las personas.
Esto que en realidad es bueno, pues ha permitido que quien sufría con su sexualidad se enterase de qué era lo que le ocurría y pusiese medios para resolverlo, también ha traído un sufrimiento añadido. Y es que Internet ha traído no sólo información real, sino una enorme cantidad de opiniones personales, de antiguos y nuevos mitos, de desinformaciones en definitiva, lo que a su vez ha generado una nueva visión de los conceptos de sexo, sexualidad, conductas sexuales, pareja, individualidad, mujer, hombre, etc.
Todo ha sufrido un cambio importante y así se ha pasado de aquellos problemas básicos de disfunciones muy concretas (disfunciones eréctiles, eyaculaciones precoces, anorgasmias, falta de deseo, etc.) a quejas de insatisfacción sexual en general.
En este sentido hay un claro cambio de paradigma que intentamos aclarar con un ejemplo: Antes la pareja venía porque él padecía una disfunción eréctil y éste era el único motivo de queja. Por el contrario, hoy día a la dificultad de erección del varón, se une que su pareja está muy insatisfecha porque él al sentirse menoscabado por su problema eréctil, evita los momentos de intimidad y afectividad, lo que suele llevar a la pareja al borde de la ruptura. En muchas ocasiones, la mujer, tras analizar la situación asume que en realidad, desde siempre, ambos han sentido un deseo sexual bastante bajo, situación que se ha agravado con el problema de erección. Así, de esta forma, hemos pasado de tratar una “simple” disfunción eréctil, a tratar un problema mucho más serio, que afecta a ambos miembros de la pareja.
La mejor información y por tanto el incremento en la demanda de soluciones a estos problemas ha supuesto una enorme mejora de los resultados, pues es evidente que antes también existían los problemas de fondo, si bien no eran asumidos por ambos o alguno de los miembros de la pareja. La desinformación era tal que la rutina y la insatisfacción eran aceptadas como “normales, desconociendo la amplitud y grandeza de la sexualidad humana.
En definitiva, la Sexualidad Humana tiene una enorme relación con todo lo emocional de la persona, con su mundo de relaciones, con su forma de enfrentarse la vida, habiendo pasado de una visión bastante simplista y organicista o psicológica a una visión que llamamos holística:
El holismo (del griego ὅλος [hólos]: "todo", "entero", "total") es una posición metodológica y epistemológica que postula que los sistemas (ya sean físicos, biológicos, sociales, económicos, mentales, lingüísticos, etc.) y sus propiedades, deben ser analizados en su conjunto y no a través de las partes que los componen, consideradas estas separadamente. Es el sistema como un todo integrado y global el que en definitiva determina cómo se comportan las partes; mientras que un mero análisis de estas no puede explicar por completo el funcionamiento del todo. Esto es así porque el holismo considera que el "todo" es un sistema más complejo que una mera suma de sus elementos constituyentes.
30 años después
En la actualidad, cuando uno de los miembros de la pareja sufre una “alteración”, ambos van a hacer lo mismo, mirar en Internet para “informarse” sobre ella, se van a meter en más de un foro, van a leer, ver u oír miles de temas relacionados o no, con la previsible disfunción. Algunas cuestiones serán reales, o al menos medibles, en cambio otras no serán más que las ideas volcadas en esos foros por otras personas que desde su ignorancia, las han dejado para los demás. También es posible que se encuentren opiniones de “profesionales” de médicos, psicólogos, comerciales, paramédicos, herboristas, químicos, expertos en prensa de la salud, etc., que, sin conocer el caso concreto, trasladan información genérica que en muchas ocasiones agrava la situación de partida.
Es habitual hoy día ver cómo la persona que acude a la consulta ya “ha realizado algunas cosas por su cuenta”, leyó que unos ejercicios, tomó un medicamento que afirmaban que era específico para su problema, etc., pero que no le han servido de nada.
Listado de disfunciones más habituales en consulta en hombres o en mujeres de cualquier orientación sexual y de causa orgánica o psicológica:
Trastornos de la eyaculación, precoz, retardada, sin placer, etc.
Dificultades con la erección o impotencias
Trastornos del deseo, disminución o desaparición del mismo en ambos sexos.
Falta o dificultad para sentir el orgasmo. En ambos sexos.
Vaginismo o imposibilidad de conseguir la penetración
Coitos dolorosos.
Dificultades con la orientación sexual.
Dificultades en la relación de pareja.
Obsesiones sexuales, aversión y/o adicción al sexo.
Parafilias.
Trastornos emocionales, tales como depresiones, ansiedades, fobias sexuales, trastornos obsesivos, adicciones (a la pornografía o al cibersexo), etc.
Trastornos en la sexualidad debidos a los cambios de la edad, Andropausia o Síndrome de ADAM, trastornos a raíz de la menopausia, astenia sexual, etc.
Si tiene alguna duda con su vida sexual, puede contactar con la Unidad de Disfunción Sexual de Ginemed clínicas.
Dr. Pedro Villegas
Más de 30 años de experiencia en clínica Sexológica.
Todo el mundo habla de sexo. Y todo el mundo calla mucho sobre su sexualidad. Las cosas nos irían mejor si igual que vamos una vez al año al ginecólogo, fuésemos todos (nosotras y ellos) alguna vez al sexólogo.
Qué interesante!!. No sabía que existían tantas “disfunciones” como dice el doctor, pero es que además tampoco sabía que algunas de ellas eran problemas, pensaba que algunas cosas sólo eran problemas de estados de ánimo, o de la edad. Repito, doctor: ¡¡qué interesante!!