La transferencia embrionaria implica colocar en el útero de la mujer un embrión creado en el laboratorio mediante fecundación in vitro, con la esperanza de que se implante y resulte en un embarazo. Este procedimiento es simple e indoloro y no necesita anestesia. Una de las grandes dudas de las pacientes está relacionada con el sangrado tras la FIV. ¿Cómo interpretar el sangrado después de la transferencia embrionaria?
¿Es preocupante el sangrado tras la transferencia?
Los síntomas después de una transferencia embrionaria varían en cada mujer. Por lo tanto, la presencia o ausencia de síntomas durante el período de espera hasta la prueba de embarazo no es un indicativo de si la FIV ha sido exitosa o no.
Los síntomas más frecuentes tras la realización de una transferencia son:
- Flujo vaginal abundante.
- Endurecimiento de las mamas.
- Fatiga o pesadez.
- Aumento de la frecuencia de micción.
- Presencia de sangrado escaso.
Por lo tanto, un ligero sangrado después de la fecundación in vitro (FIV) entraría dentro de la normalidad.
Causas del sangrado tras la FIV
En cuanto al sangrado tras la transferencia embrionaria, se exponen los siguientes detalles referentes a las causas de su aparición:
- Traumatismos en el cuello del útero: pueden formarse pequeños pólipos en el cuello del útero, o un incremento de la vascularización en esa área, lo que puede provocar sangrado al entrar en contacto con las gasas utilizadas para limpiar la cavidad.
- Estenosis en el cuello uterino: El recorrido del cuello del útero puede ser complicado, lo que a veces dificulta el acceso a la cavidad uterina. Durante la transferencia embrionaria, no es inusual que, al intentar canalizar el cérvix, se produzca un leve roce con la pared del cuello del útero, causando un ligero sangrado en la paciente.
- Sangrado de implantación: El sangrado vaginal que ocurre cuando el embrión se adhiere a la pared interna del útero, conocida como endometrio, es completamente normal. En ese momento, se rompen pequeños vasos sanguíneos, lo que provoca una leve hemorragia. Este proceso, generalmente, no representa ningún riesgo para el embarazo.
El sangrado de implantación puede confundirse con la menstruación, ya que suele coincidir con la fecha en la que la esperas la regla.
¿Cómo diferenciar los sangrados tras la FIV con la menstruación?
Los sangrados motivados por la transferencia embrionaria son sangrados escasos sin coágulos y de menor duración a una menstruación normal.
- En algunas mujeres, el sangrado puede durar entre 24 y 48 horas, mientras que en otras puede ser un sangrado breve, de solo unas horas o incluso minutos, que no se repite.
- El aspecto del sangrado tras la FIV es distinto al de una menstruación normal. Puede ser de un color rosado suave o de un tono oscuro, similar al sangrado que se ve al final del período.
- El sangrado después de la transferencia embrionaria no debe ser doloroso. Es posible que experimentes leves molestias, como calambres en la parte baja del abdomen, similares a los que se sienten durante la menstruación. Sin embargo, no debería haber un dolor intenso, persistente, que empeore o cause malestar general.
Si los sangrados tras la FIV cumplen las condiciones mencionadas (duración, color, sin molestias) no son alarmantes ni hay que tomar ninguna medida adicional. Sin embargo, ante cualquier tipo de sangrado es recomendable ponerse en contacto con el médico correspondiente para su valoración.
Consejos frente al sangrado tras la transfer embrionaria
Algunas recomendaciones tras la transferencia embrionaria:
- Administración del tratamiento y seguimiento de las pautas referidas por el médico responsable.
- Reposo los primeros 30 minutos tras la transferencia embrionaria.
- Evitar deportes de impacto o actividad intensa.
- Evitar baños de inmersión durante los primeros 5 días tras la punción.
- Evitar la exposición a tóxicos (tabaco, alcohol, drogas…).
Por último, puede ser recomendable la abstinencia sexual durante una semana tras la transferencia embrionaria.
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