La hormona luteinizante (LH) es una de las hormonas clave en el sistema reproductivo tanto de hombres como de mujeres, y desempeña un papel crucial en la regulación de la fertilidad.
¿Qué es la hormona luteinizante o lutropina?
Es una hormona producida por la hipófisis, que es una glándula localizada en la base del cerebro de pequeño tamaño (sobre 1,25 cm), y que tiene acción a nivel de los ovarios y de los testículos.
Funciones de la lutropina en mujeres y hombres
En las mujeres, la LH producida desde la pubertad presenta un pico en su producción sobre 36 horas previas a la ovulación, induciendo la misma. El folículo ovulatorio se transformará en cuerpo lúteo, que a su vez produce progesterona y que será la encargada de preparar el endometrio para ser receptivo en la implantación embrionaria.
A su vez, la LH en las mujeres está implicada en la producción de andrógenos por las células de la teca del ovario, los cuales se transformarán en estrógenos en las células de la granulosa del ovario.
En los varones, también se inicia la producción de LH con la pubertad, actuando sobre las células de Leydig testiculares para que estas produzcan testosterona. Esta hormona interviene en el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios y también en la formación de los espermatozoides (espermatogénesis) a través de las células de Sertoli testiculares.
¿Cuáles son los valores normales?
Dependiendo de la fase del ciclo menstrual en la que nos encontremos, del laboratorio que nos analice la LH, y del estado del paciente, podemos tener variaciones en su valor.
De forma general, los valores de la LH en la fase inicial del ciclo (fase folicular) de las mujeres oscilan entre 2 y 10 UI/L. Durante la ovulación apreciamos valores superiores a 25 UI/L, y en la fase lútea (tras la ovulación) de 2 a 9 UI/L.
En los varones adultos en edad reproductiva, los valores de normalidad de LH oscilan entre 1 a 9 UI/L.
¿Cómo influye sobre la fertilidad?
Como hemos visto, la LH es crucial para el correcto funcionamiento de la fertilidad tanto en los hombres como en las mujeres.
En las mujeres, una secreción inadecuada de LH podrá afectar a la ovulación y originar irregularidades menstruales o falta de ovulación, así como alteración en la producción de progesterona por el cuerpo lúteo, lo que compromete de forma clara la posibilidad de gestación.
Y en los varones, las alteraciones de la LH pueden impedir unos niveles adecuados de testosterona, que a su vez nos pueden dificultar una correcta espermatogénesis, la cual condicionará también la concepción.
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