Según la localización y tamaño, los miomas producen síntomas distintos y a menudo influyen en la fertilidad femenina, especialmente los miomas que están en la pared del útero (intramurales) o dentro de la cavidad uterina (subserosos).
¿Qué son los miomas?
Los miomas uterinos son masas anormales de tejido muscular liso que se localizan en el útero. Alrededor del 70% de mujeres en edad fértil tiene un mioma, especialmente entre los 35-50 años.
Lo habitual es tratar cualquier mioma que deforme la cavidad uterina o que sea mayor de 4 cm, pero debe ser valorado por su ginecólogo para elegir el tratamiento más adecuado según el perfil de cada paciente.
Tratamiento de miomas por radiofrecuencia
Algunos miomas uterinos se eliminan por cirugías poco invasivas, como la histeroscopia, en el caso de miomas submucosos. Sin embargo, la mayoría de los miomas tiene un componente intramural, es decir, tienen una parte importante alojada dentro de la pared uterina, que puede llegar a protruir la cavidad uterina o alterar la contractilidad del útero, dificultando la implantación y favoreciendo los abortos. Lo habitual para este tipo de miomas era tratarlos con cirugía.
Además de disminuir de forma muy importante estos miomas sin necesidad de cirugía, la radiofrecuencia no deja cicatrices uterinas y aumenta las posibilidades reproductivas de las pacientes.
La ablación mediante radiofrecuencia está indicada especialmente en aquellos miomas que son de difícil acceso tanto por vía histeroscópica como por cirugía abdominal: serían miomas intramurales, que pudieran incluso abombar hacia la cavidad uterina y de un tamaño menor a 4cm.
El tratamiento de radiofrecuencia consiste en puncionar repetidas veces bajo control ecográfico el mioma con una aguja de unos 30 cm conectada a una máquina emisora de radiofrecuencia. La aguja emite calor llegando a temperaturas de hasta 90ºC durante unos segundos, y produce una quemadura de aproximadamente 1 cc.
La paciente puede retomar con normalidad su vida al día siguiente.
Posibilidad de embarazo tras la radiofrecuencia
Antes de someterse a un tratamiento de reproducción es importante un buen diagnóstico de los miomas y valorar si deben ser tratados en función del tamaño, localización y antecedentes previos de la pareja, ya que pueden disminuir el éxito de los tratamientos.
En caso de deseo gestacional, el tratamiento con radiofrecuencia nos va a liberar la cavidad uterina, facilitando conseguir el embarazo y disminuyendo la incidencia de abortos en estas pacientes.
Beneficios de la radiofrecuencia
La radiofrecuencia para tratar los miomas se puede realizar con sedación ligera. Además, no requiere hospitalización más de unas horas de control y permite a la mayoría de los pacientes incorporarse a su vida habitual al día siguiente.
Hay que añadir que, gracias al tratamiento con radiofrecuencia, evitamos las cicatrices uterinas de la cirugía tradicional, y que podían producir complicaciones en el embarazo y el parto.
Los resultados de la radiofrecuencia son variables, pero a partir de los 3 meses de la intervención ya puede verse una reducción del tamaño del mioma pudiendo llegar a la reducción de volumen de un 50% a los 6-9 meses.
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