La presencia de ETS puede afectar a la permeabilidad y funcionalidad de las trompas en mujeres, y a la cantidad y calidad de los espermatozoides en hombres.
Las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) son aquellas que se transmiten entre otras formas por medio de las relaciones sexuales (anales, vaginales u orales) y pueden ser causadas por bacterias, virus, hongos y parásitos. La OMS estima que cada año se diagnostican más de 450 millones de casos nuevos de ETS.
¿Una ETS es un motivo de infertilidad?
La mayoría de los casos de ETS cursan sin presentar síntomas, lo que facilita la transmisión de la infección y, si no se da el tratamiento adecuado y en el momento adecuado, estas pueden causar diferentes complicaciones, siendo una de ellas la infertilidad tanto en la mujer como en el hombre.
Aproximadamente el 70% de los casos de infertilidad por ETS se encuentran comprendidos entre los 15-39 años, siendo los microorganismos más frecuentes los siguientes:
- Chlamydia tracomatis (clamidia).
- Neisseria gonorrhoeae (gonorrea).
- Micoplasma hominis (micoplasma)
- Ureaplasma urealyticum (ureaplasma)
- Otros: Sífilis, herpes, VPH, VIH, tricomoniasis, etc.
Consecuencias de las ETS en la fertilidad de la mujer
Las relaciones sexuales sin el uso de protección pueden llevar a adquirir una infección por clamidia o gonorrea, que pueden llevar a desarrollar una Enfermedad Inflamatoria Pélvica (EPI).
Se trata de una infección de los órganos pélvicos (ovarios, trompas, útero) que, en general, puede producir una infertilidad por un factor tubárico y, en menor proporción, uterina. Las manifestaciones más habituales son:
- Inflamación crónica de las trompas (Salpingitis).
- Obstrucción de las trompas de Falopio o acumulación de líquido (Hidrosalpinx).
- Inflamación crónica del endometrio (Endometritis Crónica).
Problemas de fertilidad por las ETS en el hombre
Al igual que en las mujeres, las principales infecciones son producidas por clamidia o gonorrea, además de micoplasma. Estas ETS provocarán una inflamación a nivel testicular, próstata y/o epidídimo (lugar donde maduran los espermatozoides antes de la eyaculación), pudiendo presentar alteraciones en el eyaculado.
Aunque casi el 50% de estas ETS no presentan síntomas, los más frecuentes se asocian a dolor, secreción de pus por la uretra y ardor al orinar. Estas ETS se pueden manifestar por:
- Orquitis (inflamación testicular), prostatitis y epididimitis.
- Espermatogénesis alterada.
- Obstrucción de los conductos seminales.
Prevención de las ETS
La manera más segura de prevenir una ETS es manteniendo relaciones sexuales seguras utilizando preservativos (condones, condones femeninos, protectores bucales), evitando el intercambio de fluidos y, de alguna manera, el roce piel con piel.
Sin embargo, la incidencia de esta patología es alta por lo que, en caso de que aparezcan síntomas asociados, es importante acudir a tu especialista para que pueda realizar un diagnóstico precoz e indicarte un tratamiento adecuado. Esto último es importante en las mujeres ya que, las complicaciones propias de estas infecciones en ocasiones sólo podrían ser revertidas mediante un tratamiento quirúrgico.
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