- Los efectos del cambio climático sobre el planeta suponen un riesgo para la capacidad de hombres y mujeres de tener hijos, concretamente en lo que se refiere a la ovulación y a la calidad del esperma
- Las olas de calor cada vez más extremas, la mala calidad del aire de las ciudades y la creciente presencia de microplásticos en nuestro organismo son algunas de las situaciones que más preocupan a los expertos
- La ansiedad frente a la crisis climática, conocida como ecoansiedad, se está comenzando a ver reflejada en las bajas tendencias de natalidad y en el modo en el que muchas parejas recurren a la medicina reproductiva para cumplir su deseo de ser padres
El cambio climático afecta de forma indirecta a la salud de todas las personas, y la fertilidad no es una excepción. Prueba de ello son los descensos significativos en las tasas de natalidad que se han observado en regiones afectadas por olas de calor y contaminación meses después de una prolongada exposición a estos efectos del cambio climático sobre la Tierra1. Las temperaturas extremas que se alcanzan durante los meses de verano, por ejemplo, pueden tener un impacto significativo en la fertilidad de hombres y mujeres, particularmente en la ovulación y en la espermatogénesis. Además del calor excesivo, los microplásticos y la contaminación del aire y del agua vuelven la situación todavía más alarmante. Cuidar de la salud reproductiva se está convirtiendo en un reto cada vez mayor, y a su vez en una prioridad.
Asimismo, la deficiente calidad del aire en entornos urbanos tiene una relación documentada con diversos problemas de salud reproductiva en la población general. Estar expuesto a contaminantes de este tipo afecta tanto a la fertilidad como a los resultados del embarazo, por lo que las personas que viven cerca de carreteras principales, industrias, o áreas de mucho tráfico pesado son las más vulnerables. En el caso de las mujeres, pueden experimentar un mayor tiempo para concebir debido a efectos negativos en la calidad del óvulo y el endometrio y, en casos más graves, presentan mayor riesgo de abortos espontáneos, retraso del crecimiento fetal y parto prematuros2.
Los microplásticos, perjudiciales para la salud reproductiva femenina y masculina
Los microplásticos, presentes en el aire, pero sobre todo en el agua y los alimentos -vías por las que llegan a nuestro cuerpo- también perjudican la salud reproductiva masculina y femenina. Esto se debe a sustancias químicas como los disruptores endocrinos y el estrés oxidativo que generan en los tejidos reproductivos3. “Los microplásticos afectan a la ovulación, a los ciclos menstruales, la reserva ovárica, la receptividad endometrial y aumenta el riesgo de aborto. Asimismo, afectan a la producción espermática, disminuyendo el recuento de espermatozoides y la movilidad, y aumenta la fragmentación del ADN espermático”, explica el Dr. Juan Carlos García Lozano, responsable de la clínica de reproducción asistida Ginemed Sevilla.
Especial atención a las altas temperaturas
En este sentido, el calor excesivo y prolongado se relaciona con una disminución de la reserva ovárica y la calidad de los ovocitos, afectando a la maduración de estos y la receptividad endometrial. Esto resulta en una menor tasa de fertilización y aumento en las tasas de aborto en primer trimestre2.
“En el caso de las mujeres embarazadas, los efectos de una ola de calor pueden tener importantes repercusiones tanto para la salud de la madre como para la del feto. Esta clase de situación climática pueden llevar a deshidratación y alteración en la circulación sanguínea, aumentando así el riesgo de complicaciones en el embarazo, como la preeclampsia o el parto prematuro”, argumenta el experto de Ginemed. Las olas de calor también están relacionadas con un mayor riesgo de restricción del crecimiento intrauterino, lo que puede resultar en bajo peso al nacer. En casos extremos, el calor severo puede estar vinculado a una mayor probabilidad de mortinatos (muerte fetal después de 28 semanas), especialmente cuando la exposición se prolonga2.
En cuanto a la producción del esperma, la espermatogénesis requiere de una temperatura óptima más baja que la del núcleo del cuerpo, por lo que es vulnerable a las exposiciones prolongadas al calor. Esta exposición a altas temperaturas ambientales se relaciona además con una disminución en la calidad espermática1.
Por otro lado, según explica el especialista de Ginemed, “la exposición prolongada a contaminantes también afecta a la producción de esperma, pues altera los mecanismos hormonales y celulares de los testículos reduciendo la motilidad y el recuento de espermatozoides, además de aumentar el daño en el ADN espermático. Este impacto puede persistir durante meses después de la exposición4”.
La medicina reproductiva frente a la incertidumbre y la ecoansiedad
“Las preocupaciones por el cambio climático, a lo que recientemente se le ha dado el nombre de ecoansiedad, está desempeñando un papel cada vez más importante en las decisiones reproductivas, pues aquellas parejas que desean ser padres sienten inseguridad por su futuro y el de sus hijos”, comenta el Dr. García Lozano. El estrés, la inseguridad ambiental y social son factores que terminan por condicionar en gran medida los modelos familiares, ya sea reduciendo el número de hijos que se decide tener o directamente retrasando o evitando la maternidad1. Por este motivo, la medicina reproductiva se está planteando como un deber el abordar los impactos emocionales del cambio climático en aquellos pacientes que deseen el embarazo, ayudando a las personas a tomar decisiones informadas y equilibradas.
La reproducción asistida ofrece varias soluciones para abordar los problemas relacionados con la capacidad reproductiva. La variedad de procedimientos que ofrece está orientada a optimizar las posibilidades de concepción y mitigar los impactos negativos en la fertilidad. “Es probable que los efectos del cambio climático sobre la salud reproductiva incrementen la cantidad de pacientes que recurren a técnicas de reproducción asistida. Aquellas parejas que decidan posponer la maternidad podrán recurrir a tratamientos de preservación de fertilidad como la congelación de ovocitos”, desarrolla el experto de Ginemed Sevilla.
Adoptar un enfoque integral que combine cuidados personales, atención médica y conciencia ambiental puede ayudar a las personas que buscan un embarazo a proteger su salud reproductiva frente a los desafíos del cambio climático. En general, es fundamental mantenerse informado, consultar a especialistas y adoptar medidas preventivas en la vida diaria. “Todas las recomendaciones más prácticas, especialmente dirigidas a personas vulnerables como mujeres en busca del embarazo o ya embarazadas, consisten en evitar la exposición a contaminantes ambientales, evitando por ejemplo las actividades al aire libre en días con altos niveles de contaminación del aire y tomando todas las medidas de protección pertinentes frente a elementos contaminantes”, concluye el Dr. Juan Carlos García Lozano.
Referencias:
- Segal, Thalia R. et al. Systematic review of climate change effects on reproductive health. Fertility and Sterility, Volume 118, Issue 2, 215 – 223
- Papadiochou A, Diamanti A, Metallinou D, et al. (August 30, 2024) Impact of Climate Change on Reproductive Health and Pregnancy Outcomes: A Systematic Review. Cureus 16(8): e68221. DOI 10.7759/cureus.68221
- Sylvester Dodzi Nyadanu, Jennifer Dunne, Gizachew A. Tessema, Ben Mullins, Bernard Kumi-Boateng, Michelle L. Bell, Bereket Duko, Gavin Pereira, Maternal exposure to ambient air temperature and adverse birth outcomes: An umbrella review of systematic reviews and meta-analyses, Science of The Total Environment, Volume 917, 2024, 170236, ISSN 0048-9697
- Mahdiyeh Mohammadzadeh, Amir Hossein Khoshakhlagh, Lilian Calderón-Garcidueñas, Walter D. Cardona Maya, Tommaso Cai, Inhaled toxins: A threat to male reproductive health, Ecotoxicology and Environmental Safety, Volume 286, 2024, 117178, ISSN 0147-6513
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